martes, 15 de octubre de 2013

La historia del pan

El pan es el alimento más común del hombre, el más barato y del cual no pueden prescindir ni ricos ni pobres. Nos llegamos a cansar de todo lo que comemos, menos del pan, nos aburrimos del biscocho, de los pasteles y demás pastas azucaradas, pero de pan, jamás.

No se sabe a ciencia cierta quienes fueron los primeros en elaborar el pan de trigo, lo cierto es que el hombre primitivo se dedicaba en un principio a la caza de animales, por esta razón desconocía el cultivo de las plantas. Las mujeres, en cambio, recolectaban raíces, frutas silvestres, huevos y semillas para la alimentación, pero al observar que algunas de estas semillas germinaban, descubrieron la agricultura y conoció el trigo.

Para su consumo simplemente se tostaba los granos que luego se comía enteros, pero, para facilitar aún más, tal vez pensó en triturarlos con piedras, y así, moliendo el grano del trigo, descubrió la forma de hacer harina. Empezaron a amasar la harina con agua para formar pequeñas tortas que eran puestas sobre piedras calientes o sobre el fuego. Así cocinadas, mejoraba la calidad y el sabor del pan, desde entonces se constituyó en el alimento básico del hombre.

El historiador griego Herodoto cuenta que en Egipto los esclavos amasaban el pan con los pies y hor-neaban la masa en forma de tortas redondas y grandes. El pan ordinario se hacía con harina de cebada destinada a los esclavos, y la de trigo estaba destinado para la familia real y los ricos. El pan también era usado como moneda, al igual que los granos de trigo, y a los sirvientes y esclavos se solía pagarles por sus servicios con piezas de pan.

Los griegos y romanos tenían pana-derías públicas controladas por el go-bierno, para evitar que se usara harina de mala calidad. Las panaderías desaparecieron con la invasión de los bárba-ros que eran cazadores y guerreros que agricultores. En el sistema feudal no cambiaron mucho las cosas, estaban prohibidos los hornos particulares, y los señores feudales obligaban a los campesinos a usar solamente el molino y los hornos del castillo y cobrar así un elevado impuesto por el uso, estos molinos eran instalados cerca de las corrientes de agua para emplear la fuerza hidráulica. También los conventos tenían panaderías de cierta importancia, para consumo exclusivo de los religiosos.

Ahora bien, si los pueblos europeos tienen a “la madre de las mieses”, Amé-rica está representada en los relucientes granos del maíz, cereal de los dioses que alimentó durante milenios a todo este continente, de este cereal molido los antiguos indígenas hicieron tortillas cocidas al fuego: pozole, tamales y atole. Como el trigo no crecía en tierras ameri-canas el maíz fue ali-mento esencial y deleite de los pueblos americanos.

EL PAN ALIMENTO SA-GRADO

El pan por ser el ali-mento más requerido por el hombre, ha adquirido a lo largo de los siglos un significado sagrado. Ha sido exaltado y cantado por los poetas y hasta utilizado como objeto de sacrificio en numerosos ritos. La Biblia menciona expresamente que el primer hombre, Adán, fue condenado a procurarse el pan con el sudor de su frente. En el Evangelio leemos también estas palabras: “Y mien-tras estaban a la mesa y comían, Jesús tomó el pan, lo bendijo y lo dio a sus dis-cípulos, diciendo: Tomad y comed, esto es mi cuerpo”. En la Santa Misa se renueva este sacrificio divino que se reali-za con la hostia preparada precisamente con pan ácimo (es decir, sin levadura).

Se ignora la época en que se utilizó por primera vez la levadura para la fermentación de la masa de harina que hace blando al pan. De todas formas es segu-ro que los babilonios y los egipcios conocían ya este procedimiento alrededor del IV milenio a. de J. C. Lo conocieron los griegos y, posteriormente los restantes pueblos europeos, hasta que la panificación alcanzó notables progresos.

Hay clases distintas de pan y de dife-rentes cereales, además del trigo hay de mijo, cebada, maíz, centeno, avena, arroz, yuca, etc. La harina de trigo también se emplea en diferentes preparados.

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