lunes, 20 de febrero de 2017

Helados caseros



Existen tres tipos básicos de helado, cada uno de los cuales se hace de forma diferente. Los dos primeros son rápidos y fáciles. El helado de natillas, a base del clásico helado de vainilla, lleva un poco más de tiempo, pero no presenta ningún problema si se siguen las instrucciones paso a paso.

Uno de los helados más sencillos es el de frutas ¿Quién puede resistirse a un helado de fresas o al fresco aspecto de uno de limón, en un día de verano? Para permitirse el lujo, basta con hacer un puré de frutas y se le agrega un poco de nata. En realidad, es lo mismo que hacer una crema de frutas y ponerla a helar. La ventaja de este tipo de helado es que no quiere cocción, en caliente, o sólo muy poca.

La fruta debe hacerse puré, si se tritura la fruta en la batidora, el helado tendrá mejor consistencia. Si la fruta tiene muchas pepitas, siempre hay que colar el puré para eliminar las semillas. El azúcar glas es el que mejor liga con la fruta tamizada. La proporción básico del helado de frutas incluye partes iguales de puré de frutas y nata, aunque puede variar un poco de una receta a otra.

El método para hacer el helado consiste en mezclar el puré de frutas con la nata, con movimientos envolventes para que esta no pierda aire. Luego, se echa la mezcla en el molde. Se cubre el recipiente y se pone en el congelador. Se deja durante 45 minutos. Cuando el helado haya formado una película semicongelada, se retira del congelador. Se pasa a un cuenco y se bate a fondo con una cuchara de madera, para romper los cristales de hielo. Entonces se vuelve al congelador, otros 45 minutos. Se vuelve a retirar y se bate por segunda vez. De nuevo al congelador hasta que haya cuajado. Así queda listo para servir o guardar.


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