domingo, 23 de agosto de 2015

La llaucha es el sabor de los chu´kutas

La tradición de su elaboración recorre el tiempo de generación en generación.

Cuando aún las sombras de la noche abrazan a la ciudad de La Paz, los encargados de mantener viva la tradición inician su trabajo en el horno, donde elaboran la tradicional llaucha, el complemento principal en el desayuno de los pobladores de la hoyada. Un trabajo habitual que pasa de padres a hijos y de generación a generación.



TRADICIÓN DE 32 AÑOS. El propietario de un horno en la zona de Tembladerani, cerca al Estadio Bolívar, Jaime Gutiérrez, cuenta que el trabajo de elaboración de este producto empieza a las 04.00 y concluye a las 09.00, y se reparte a las vendedoras a partir de las 07.00, es decir a medida que va cociendo en el horno.

Según recuerda, su mamá inició la tradición familiar de elaborar llauchas. Ella comercializaba el producto tradicional en la calle Colombia, de la Zona San Pedro. "Mi mamá vendía la llaucha desde el año 1963, en mi familia ya son cuatro generaciones que se dedican a la preparación de este alimento paceño".

Gutiérrez explica que se acostumbra que la llaucha sea consumida hasta las 10.00 como máximo y se combina mayormente con un desayuno, también tradicional, como es el api.

La llaucha se convirtió entonces en el modo de vida de la familia Gutiérrez, desde la abuela que tenía su horno, antiguamente en la calle Murillo, en el desaparecido Mercado Recreo, cerca al templo de San Francisco.

"En esa época las llauchas se comían con cucharilla, porque contenía mucho queso, ahora es costumbre comerla en cualquier lugar y al paso", explica.



EL HUMEANTE OLOR DEL QUESO. Augusto Pacheco, quien procesa la famosa empanada, sostiene que siguen la tradición de la señora Juana Maydana, que vendía en la zona de San Pedro, hace bastantes años.

Indicó que la masa de la famosa llaucha es diferente a la del pan, contiene harina, sal y un poco de azúcar. pero, sin duda, el elemento esencial y característico de este alimento es el queso, ponerle bastante queso y hacer coser en horno bien caliente, es el secreto de don Augusto, que día a día prepara la llaucha.

Afirma que cada día elaboran unas mil llauchas, las que reparten a las vendedoras, aunque en fin de semana aumenta la demanda de esta tradicional empanada, ya que las amas de casa la buscan para consumirla caliente.

La familia de Augusto Pacheco lleva tres generaciones en la preparación de la llaucha paceña y recomienda su consumo en el mes aniversario de la ciudad de La Paz.

La llaucha es un patrimonio paceño, su sabor y su forma hacen único a este producto que para muchos es infaltable en sus desayunos familiares.

Hoy se venden por toda la ciudad, las más conocidas son las llauchas de la Garita de Lima y las de San Pedro, en este último sitio, incluso, suelen hacer filas para adquirirla. Otro lugar en donde suelen hacer es en la plaza Garita de Lima, detrás del Hospital La Paz, pero como ingrediente adicional ésta lleva ulupica, que la hace picante.




VENTA DE LAS LLAUCHAS EN LA URBE PACEÑA. Las llauchas, tradicionales en la hoyada, se venden a los largo y ancho de la ciudad, ahora llegan hasta la zona Sur, donde antes no llegaba mucho el producto. Se ha hecho una tradición consumirla en las mañanas, acompañadas de un api caliente o al paso en algunos casos, como nos explicó doña Claudina, que vende hace treinta años en las puertas del Mercado Lanza.



1.000 llauchas diarias elaboran Augusto Pachecho en el horno de Jaime Gutiérrez , para mantener viva la tradición.




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